martes, 25 de noviembre de 2014

Saudade

 ¿Qué espero del tiempo cuándo la vida me mata? Hoy paso de ser presa de esta cuerda que me ata. No más dramas. Fui una niña desconsolada, descontrolada y te juro, yo jamás creí en tus hadas. Sólo dame el ánimo que por fuerza yo no compito. No repito, no permito que ningún hijo de puta me corte el grito. ¿Porqué alzo mi vos? Para desgastar mis huellas.
 Mi generación esnifa, tralla para tocar las estrellas. Camila no cree en tu redención; ya que preguntas, no cree en tus promesas, tus misas, tu fe, ni tu religión. Y que me amparen, porque he perdido los modales. Soy una perra más en esta jauría de enfermos terminales. Me falta la razón, me sangra el corazón y me pesa el alma; pero esta puta no se asusta, no pierde la calma. Cum Lauden en defectos, como Willy Fog, viajé en ochenta días bajo los efectos de esta depresión. 

Sola me caigo y así sola me levanto. Soy insurrecta de este estado esclavo y del Espíritu Santo y canto, para así espantar mis miedos. Miedo a no verte más, a no escucharte, a no tocarte con los dedos. Lagrimas resbalan ácidas por mis mejillas, yo me lamo mis heridas. Moriré de pie antes que de rodillas. No verás mi lado débil: mi cojera mental. Ya regalé parte de mi y la rompieron como el cristal. Tu discurso banal, yo me lo paso por el forro. Sois adeptos a esta mierda, dejo huellas que no borro. He jugado tanto con el fuego que ya no me quema, ahora escupo este dolor por la boca en forma de poemas. Dolor al recordar el mar, la bombilla azul que hacía de luna llena. Dolor al irte tú o echarte yo, dolor de pena enajenada, anestesiada. En algún lugar donde poder borrar esta sonrisa que tengo pintada. Fumarte yo a caladas. Decir que ya pasó y hacerme cargo de esta sensación precipitada. Que soy la decadencia del poeta, lo tóxico e insano en la libreta, en la pared la grieta. Absurda realidad sin meta. Soy la soga que te aprieta.


h0lynaight

miércoles, 23 de julio de 2014

  Te conocí muy poco años, muy pocos. Es injusto, soy tu hija, debería ser una de las personas que más haya conocido.
  Eras lo más lindo. Eras un manojo de imperfecciones y aún así eras todo lo que mejor podías ser. Tenías un carácter de mierda, el cual heredé. Algunos días eras lo mejor que me podía pasar y otros lo peor, eras mi papá. Sos mi papá. Me amabas de la manera más incondicional que existía.
 En tus ojos había amor y perdón. Además de un color celeste hermoso que, como no podía ser de otra forma, no heredé.

  No te tendrías que haber ido tan rápido.

Take a sad song and make it better. 

lunes, 30 de junio de 2014

- ¿Alguna vez te dije que te amo?
- No
- Bueno, quizá esa es la respuesta a muchas de tus preguntas.

  Entonces fue cuando empezó el silencio de siempre. No necesitaba que se haga la dura conmigo, incluso aunque se esforzara por hacerlo. Después de conocer a una persona por tres años, podes leerla como si fuera un libro abierto. Su problema es que era un libro con muchas páginas perdidas, páginas que no se preocupaba por recuperar. Pero yo si. Ahí estaba mi problema, estoy tan metido en sus asuntos que sé que si supiera cuanto me importa, la ahogaría. Eso pasa con las personas que tienen la mente tan libre que vuela con el viento.
  La quería, la quería horrores. Ella nunca me miró así. Me ama, si, pero no me mira así. No necesito que me diga lo que siente para saber que esta perdida y que me quiere porque soy su único cable a tierra y el único que no la juzga por su manera de ser.

- Sería genial si me dejaras sola
- Sería genial que te des cuenta que me importa una mierda lo que queres

  No me gustaba cuando se hacía la auto suficiente, no me gustaba nada de ella. Creo que me enamoré de sus defectos, ella nunca demuestró sus virtudes y yo me cansé de buscarlas.
  Como supuse que haría, sonrió.
Después de leer y ver la película "Bajo la misma estrella", me acordé como eran antes las cosas en mi casa.

  Uno ve ese tipo de cosas en las películas o lo lee en libros y parece ajeno a todo eso. Sabes que es real y se siente real, pero después seguís con tu vida sin tener presente, las 24 horas del día, lo que es tener cáncer. Me acuerdo que de chica tenía ganas de que me agarre el mismo cáncer que a mi papá, así podría entenderlo y él se podría sentir acompañado en esa situación. Después creí y me di cuenta de que no me convenía desear ese tipo de cosas, aunque incluso hoy me hubiera gustado poder entenderlo.
  El cáncer es toda una paradoja, bueno, al menos la persona que lo sufre se vuelve una paradoja caminando. Para mi, ojo, no digo que sea realmente así. Mi papá era una paradoja. Nunca estaba segura de como se sentí, mucho menos de chica. Con los años pude entender un poco como se podía llegar a sentir, pero igual no es lo mismo. Capaz él tenía algún dolor en particular que para mi era inimaginable.
  Es como quedarse ciego...Me van a decir que nunca en la vida quisieron quedarse ciegos para experimentar cómo se siente? Si, puedo parecer muy forra haciendo esta pregunta, pero yo de chica lo pensaba un montón. Incluso hoy en día, no me gustaría quedarme ciega, pero si me gustaría saber como sería la experiencia.

  No sé a que venía todo esto que estoy escribiendo o si realmente me puse a escribir por algo en particular. Supongo que todo se reduce a los pensamientos que rodean a mi papá últimamente. Aunque debo admitir que parte de mi bajón es porque no encuentro un chico que me haga sentir completa, pero tampoco vamos a darle tanta importancia a eso porque, en este momento, el amor da asco. Si, vomitaría flores antes de hablar de amor acá. Aunque es lindo leerlo en novelas.

 El amor y el dolor parecen más reales en los libros, de eso estoy segura.

jueves, 19 de junio de 2014

Crisis con los lazos de sangre.

  Vuelvo después de tanto tiempo. Como siempre, aparezco solo para escribir cuando realmente lo necesito. Cuando estoy llena de bronca, de confusión, de tristeza y de nostalgia...como hoy. Puedo parecer exagerada, ¿quién diría que una típica pelea con tu hermano puede llevarte a ese estado? Es que si, cambiante esta mi humor. No fue nada grave, lo de siempre. Él tiene la costumbre de pegar...bueno, "pegar", nada que a los dos minutos deje rastro de dolor o marca alguna. No debería pegarme, pero es mi hermano y los hermanos a veces abusan. Él dice que yo abuso con las palabras, que sin darme cuenta lastimo y que eso es peor. No sé, no me doy cuenta y cuando me doy cuenta, es tarde. Por eso peleo poco, con casi nadie. Bueno, además de que no sé pelear, claro esta. Llorar como boluda en medio de una pelea no da mucho crédito y yo cuando me enojo lloro.
  No vine a contar la pelea con mi hermano, no realmente. Porque aunque eso me llevo a escribir, lo único que hizo fue desatar un poco de lo que llevo adentro por causas muy diferentes. No sé que me pasa, estoy feliz todo el tiempo por fuera, pero por dentro la cosa varia. De a ratos me siento super contenta y de a ratos soy un trapo. Lo extraño. Mucho. Tanto que duele.

  No puedo dejar de pensar en él, necesito que vuelva. Necesito verlo una vez más, que este con mi mamá y con mi hermano. Que mire el partido del Sábado conmigo. No sé.
  Necesito un abrazo, que sea fin de semana, no pensar en nada. Necesito tantas cosas.
  Voy a dejar de escribir porque si hay algo que no me gusta hacer, es hablar de cosas que me hagan llorar más de lo que estoy llorando. Que se yo, al menos no estoy sola. Como siempre que estoy mal me siento sola, pero, como siempre que estoy mal, mi mejor amiga ya me esta hablando al whatsapp.

 A veces es linda la tecnología.


(no puedo hablar de un tema particular como hace la gente, no ordeno mis ideas ni en una sola oración)

domingo, 26 de enero de 2014

  En el instante en que lo miré a los ojos me di cuenta que estaba a punto de escuchar todas las cosas que me aterrorizaron los últimos tres meses. Somos tontos los que hacemos preguntas siendo conscientes de que no vamos a poder soportar las respuestas.
  Pero ahí estaba yo, preguntándole sobre su relación con la chica por la cuál me dejó. Escuchándolo, aconsejándolo, como si a mí me sirviera de algo. Dejándolo descargarse con alguien, intentando decirle que puede contar conmigo para lo que quiera, mostrandole que no está solo. Auto-lastimándome, en otras palabras. Soy fuerte, mucho. Nunca creí que podría escucharlo hablar de sus sentimientos por otra persona sin largarme a llorar, nunca creí que soportaría estar en una habitación con él sin correr a darle un abrazo.
  Y yo sonriendo mientras reconocía que me había mentido, otra vez. Contándome como me lastimo a sabiendas de como me dolería, sin siquiera importarle que yo no sepa la verdad. Creo que escuché mi propia voz tranquilizándolo, porque todo estaba bien y no había nada que perdonar. Esos son los momentos exactos donde no entiendo porque actuo de la forma en que lo hago, por qué no me largo a llorar y lo odio a él y a todos.

  ¿Por qué no salgo corriendo a algún lugar donde podría estar más segura? Mi mente se nubla y solo pienso en que su felicidad siempre esta por encima de la mía, porque más allá de todo lo quiero. Por que con todo el rencor y la molestia del mundo, con todas las ganas de empujarlo y llorar, creo que solo tengo amor para ofrecer.